Un giro de 180 grados. A diferencia del anterior DNU que vence este viernes y  que desató la resistencia porteña y la indiferencia de gobernadores del interior, con pases de factura cruzados desde la Casa Rosada y las provincias, hoy Alberto Fernández escuchó por segundo día consecutivo a un grupo de mandatarios para preparar un colchón de respaldo político a las medidas para enfrentar la segunda ola de coronavirus.  A los 11 gobernadores se sumó el regreso al dialogo de Horacio Rodríguez Larreta, enfrentado en las últimas semanas no sólo con Axel Kicillof en la administración conjunta de la pandemia en el AMBA sino también con el mismo jefe de Estado.  El Zoom lo inició un panorama de la ministra de Salud Carla Vizzotti sobre la situación sanitaria, las nuevas variantes y el mapa epidemiológico del país. Enseguiida, según contaron fuentes oficiales, tomó la palabra Fernández. "Está claro que hay un epicentro en el AMBA pero hay alertas en varios lugares del país. En este año aprendimos de la experiencia. El secreto es reducir la circulación. Hay que ver cómo nos ayudamos para hacer cumplir las restricciones", les pidió el Presidente. Y agregó un dato para lo que puede venir más adelante: "No sólo hay que cuidarse a la noche, hay que cuidarse de día. El virus no sale a las 20 horas". En sintonía con los demás, el Presidente insistió con la necesidad de reforzar los controles. Uno de ellos fue Larreta. El jefe de Gobierno porteño recordó que hoy se acordaron medidas con el ministerio de Seguridad para cerrar 25 accesos a la Ciudad. Prometió, además, que habrá más controles en la circulación durante la noche y solicitó que haya un reempadronamiento  los permisos de esenciales. Como pantallazo, después de las tensiones por las clases presenciales, cuya pulseada legal está aún en manos de la Corte Suprema, Larreta acotó que un promedio de 2700 "es alto y preocupante" pero que no generan tensión en el sistema de salud.  No piensa lo mismo Kicillof. "Si seguimos en meseta es un desastre, hay que reducir los casos", reclamó el gobernador bonaerense. Y pronosticó que "la secuencia se viene repitiendo de manual, arranca CABA, sigue en el AMBA y después en el interior de la provincia". Ahora, acotó, con un agravante: las nuevas cepas, más virulentas y más contagiosas.  "Las escuelas implican una movilidad muy grande", repitió Kicillof, en el principal contrapunto que mantiene con Ciudad y promete continuar, si bien la administración larretista estaría ahora dispuesta a retomar la virtualidad para alumnos del secundario. Desde la gobernación celebraron igual el monólogo de Larreta: "Ciudad parece estar dispuesta a reconocer finalmente la gravedad de la situación y plantear restricciones".  No fueron los únicos en hablar. "Nuestro sistema de salud está tensionado", admitió el puntano Alberto Rodríguez Saá. "Veníamos con 100 casos promedio y ahora es de 250", alertó, por su parte, el pampeano Sergio Ziliotto. El cordobés Juan Schiaretti destacó como llamativo que hoy hay mas casos en el interior provincial que la ciudad Capital.  "No sólo hay que cuidarse a la noche, hay que cuidarse de día. El virus no sale a las 20 horas", dijo el Presidente. El santafesino Omar Perotti estimó que el distrito tiene el 86% de camas criticas ocupadas y, como medida extraordinaria, propuso "liberar" la transmisión del clásico Newells-Central del próximo domingo "para no generar circulación" en las calles de Rosario, cercanas al estadio Gigante de Arroyito.  El mendocino Rodolfo Suárez resumió lo que otros dijeron con distintas palabras: "Estamos en una meseta de casos alta, peligrosa".  El Presidente escuchó, además, a Mariano Arcioni (Chubut), Omar Gutiérrez (Neuquén), Arabela Carreras (Río Negro) Alicia Kirchner (Santa Cruz) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego). Además de Vizotti, lo acompañaron el ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro y el secretaria de la Presidencia, Julio Vitobello.