“Circulación exclusivamente en cercanía para no esenciales. Es casi de sentido común”. Con esa frase, un alto funcionario nacional resumía anoche el periodo de confinamiento casi total que arranca hoy. Las que siguen son horas clave para el Gobierno, que evaluará no sólo el acatamiento de los vecinos, sino también el compromiso de las jurisdicciones que se encuentran en alerta epidemiológica para hacer cumplir las nuevas restricciones. Hasta ahora hubo consenso con la Ciudad y la provincia de Buenos Aires, las zonas más comprometidas por los contagios, donde surgieron los mayores roces políticos con respecto a las medidas sanitarias. A partir de hoy, el Gobierno despliega un fuerte operativo de fuerzas de seguridad para evitar lo más posible la circulación en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), donde estará prohibida la movilidad por fuera de las áreas “de cercanía” para todas aquellas personas consideradas “no esenciales” durante nueve días -de los cuales solo tres son hábiles- Los detalles de la medida, anunciada a grandes rasgos el jueves por la noche por Alberto Fernández, fueron ajustados durante el viernes, y oficializados a través de una prórroga modificada del anterior Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), poco antes del inicio del sábado. Después de la cadena nacional del Presidente, pasaron a tener fuerte protagonismo en la organización de la etapa que se inicia el Ministerio de Seguridad de la Nación, que conduce Sabina Frederic, y sus pares de la Ciudad y la Provincia, así como la Secretaría de Legal y Técnica, que conduce Vilma Ibarra. En la mañana de ayer, Frederic participó de un encuentro con sus pares de la Provincia, Sergio Berni, y de la Ciudad, Diego Santilli; y con los jefes de Gabinete nacional, Santiago Cafiero; porteño, Felipe Miguel; y bonaerense, Carlos Bianco, donde también estuvieron los ministros de Transporte. Diseñaron en conjunto un estricto operativo para frenar al máximo posible la circulación de personal no esencial. Aunque no hubo diálogo entre Frederic y Berni, que se encuentran distanciados después de las repetidas críticas públicas del ministro de Axel Kicillof, fuentes oficiales dijeron a Infobae que la reunión fue cordial y que hubo “coordinación” entre las jurisdicciones. Por la tarde, la ministra encabezó el Consejo de Seguridad Interior, donde informó que se establecerá, a partir de hoy, el despliegue de 11.500 agentes federales de las cuatro Fuerzas Federales en el AMBA, con 65 controles fijos, dinámicos y aleatorios, que se llevarán adelante durante las 24 horas en 31 distritos de la provincia de Buenos Aires. También se cerrarán de forma casi total los accesos a la Ciudad de Buenos Aires, con el fn de “garantizar el cumplimiento de las restricciones”. Además, precisó, se incrementará el control en autopistas y vías de jurisdicción nacional, sumando a los nueve puestos de inspección ya establecidos otros dos, sobre la autopista Buenos Aires-La Plata, a la altura del peaje Dock Sud. El objetivo final del Gobierno es disminuir al máximo la circulación de personas consideradas por el DNU como “no esenciales”, la “máxima preocupación hoy”, según dijo un alto funcionario anoche en la Casa Rosada, horas antes de que entraran en vigencia las nuevas medidas. Más allá del cumplimiento de cada ciudadano, la Nación tiene la mira en el efectivo monitoreo de las autoridades de las jurisdicciones, en especial, de la Ciudad de Buenos Aires, que hasta ahora apeló principalmente a la conciencia ciudadana por sobre el control. “Recordemos que el año pasado había mucho monitoreo, en las plazas nadie podía reunirse sin que apareciera un agente para desactivar y desconcentrar. Queremos que esto vuelva a aparecer, que se internalice”, dijo una importante funcionaria anoche, pocas horas antes de que entrara en vigencia la nueva etapa de restricciones. “Hemos recogido la experiencia del año pasado. Las políticas efectivas son las que se controlan. Ya sabemos que los controles de las medidas en las jurisdicciones están fuera del ámbito de competencia del gobierno nacional, por eso los gobiernos locales se comprometieron a hacer que se cumpla este DNU, que rige por nueve días”, insistió. La principal inquietud del gobierno nacional desde que empezaron a aumentar los casos de coronavirus en la segunda ola, es que las medidas más duras sean de efectivo cumplimiento y no queden como letra jurídica muerta, sin aplicación en la realidad. Después de reiterados diálogos con la Ciudad y con los gobernadores durante las últimas semanas, finalmente el Presidente logró el consenso. Ahora espera constatar que se realice en los hechos. En el actual decreto, hay dos tipos de trabajadores “esenciales”; aquellos que tengan permiso para utilizar el transporte público, y aquellos que no estén habilitados. Además, podrán circular fuera del área de cercanía aquellas personas “no esenciales” que tengan turnos médicos programados, o citas para testearse o vacunarse en lugares, previa solicitud de un permiso que los habilite, así como las mujeres en situación de violencia de género. El resto deberá quedarse en su casa o circular en el área de cercanía, para caminar, correr, pasear, o retirar productos. Y a partir de las 18, hasta las 6, no podrán salir bajo ningún concepto. Tampoco podrán realizar actividades sociales grupales. El nuevo DNU establece que los comercios “no esenciales” puedan abrir sus puertas, pero solo podrán entregar: la adquisición deberá ser realizada exclusivamente vía online o telefónica. Este detalle había generado una controversia con la Ciudad, luego de que el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, dijera en la conferencia de prensa donde anunció las medidas para la Ciudad que podría haber venta presencial. Hoy, las autoridades locales aclararon que se respetará la decisión de la Nación. En el Gobierno creen que probablemente estas restricciones tengan que reeditarse después de terminado el período que establece la norma (hasta el 30 de mayo). “No alcanzan nueve días para evaluar el resultado de una medida sanitaria”, deslizó una importante funcionaria anoche. Sin embargo, por ahora no se establecen fechas puntuales para la siguiente tanda. “Esto es semana a semana”, aseguraron en Balcarce 50 ante las dudas sobre la posible repetición del confinamiento en junio. Por ahora, analizarán de cerca el cumplimiento de las medidas y, como en los últimos meses, responsabilizarán a las autoridades locales por las fallas. Fuente: Infobae