En Córdoba los carteles reclaman “Aparición con vida de Ivana Módica YA!”. La desaparición de Ivana también es un ejemplo de lo que está mal. Las mujeres no desaparecen, no se las traga la tierra. Por eso, tiene que crearse o recategorizarse el organismo encargado de la búsqueda de mujeres desaparecidas (que hoy forma parte del Ministerio de Seguridad) para que las respuestas sean efectivas. Si no están desaparecidas y fueron asesinadas que se encuentre su cuerpo y no quede impune. Si están desaparecidas que se las rescate vivas. Si es un caso de violencia de género que no quede encubierto como una desorientación o accidente. Si son víctimas de redes de trata que no se dulcifique la extorsión sobre su existencia. Si se necesita publicar en medios o redes sociales que sea un organismo el que diga si es mejor postear para lograr atención y no cadenas en Twitter, Instagram y Facebook desorganizadas y riesgosas sin saber si eso ayuda o es un boomerang (puede verlas un asesino que accione el gatillo o reconocerlas una vecina que las rescate, pero eso lo tiene que decidir alguien con datos en la causa y no cada cual desde su celular). Ivana Módica desapareció en La Falda. Su pareja, Javier Galván, fue detenido el 15 de febrero a pedido de la fiscal de Cosquín, Jorgelina Gómez y quedó acusado por “falso testimonio agravado y desobediencia a la autoridad”. Galván es piloto de la Fuerza Aérea de Córdoba. Él violó la orden de restricción de acercamiento que le había puesto la justicia a partir de una denuncia de Ivana por violencia de género. Ivana se comunicó por última vez con su hija Nicole el 11 de febrero pasado, a la noche, a través de mensajes por el teléfono. El reclamo por Ivana lo llevan muchas. Dos nenas marchan con su tía y llevan carteles colgados al cuello, con flores y corazones de colores que piden: “Libertad para las mujeres” y “Vivas nos queremos”.