Sociedad

Baja presión y falta de agua: una problemática que se repite año tras año

Ante la imposibilidad de salir de vacaciones en el marco de la pandemia, muchos saltenses optaron por construir y comprar una pileta, al tiempo que aquellas familias que ya tenían una, pequeña, mediana o grande, triplicaron su uso en relación a otros años. En efecto, la poca presión y falta de agua incrementan las quejas de los vecinos. 

  • 30/12/2020 • 18:09

Durante la pandemia se disparó la construcción de piscinas en las casas. A eso se suman las de lona, que si bien son más pequeñas, consumen mayor cantidad de agua ya que la mayoría carecen de equipos de mantenimiento y el recambio es más frecuente. Si bien en Salto se están llevando adelante obras hídricas, desde el Municipio solicitan racionalizar el consumo para reducir los inconvenientes que ya comenzaron a presentarse en distintos sectores de la ciudad.

Entre todas las incógnitas que generó la pandemia hay una certeza: Se multiplicó la venta y la construcción de piletas. Ante la imposibilidad de viajar, fue una opción para muchos saltenses.

Según datos de los estudios realizados por la Cámara de Comercio y la Cámara Argentina de Construcción, el rubro de piletas, ya sea de lona, plásticas o de material, fue uno de los sectores más beneficiados, con un aumento de producción superior al 40% en comparación al 2019. En estos momentos están faltando insumos claves como la arena, las bombas o los filtros. La arena es necesaria tanto para la instalación de piletas de plástico como para construir las de material. Es el insumo más crítico en el momento.

A su vez, según surge de ese estudio, esa escasez ha hecho que su valor tenga un incremento del 80% en lo que va del año, trasladando ese costo a la colocación. Por otro lado, están las bombas y los filtros. Los fabricantes nacionales ya avisaron que tienen vendida la producción de los próximos meses y desde el exterior es complejo importar estos elementos porque supone un alto coso y muy bajo rendimiento. 

La principal preocupación pasa por las piletas de lona que consumen alrededor de 4 mil litros de agua. Si no hay un correcto mantenimiento y se recambia continuamente el agua, el consumo crece exponencialmente. La responsabilidad de cerrar el agua mientras nos cepillamos los dientes, lavamos los platos; realizar duchas cortas, reparar caños rotos; lavar frutas y verduras en un bowl con agua; entre otras acciones cotidianas que ayudan a cuidar nuestros recursos. Una canilla abierta mientras cepillamos los dientes puede consumir hasta 15 litros de agua.