Siempre y cuando el Gobierno no decida una nueva prórroga, la próxima semana deberían actualizarse dos impuestos que impactan sobre el precio en los surtidores: el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y el Impuesto al Dióxido de Carbono (IDC). Si no hay cambios, la medida podría provocar aumentos de 3,3% y 2,3 % sobre los precios de las naftas y el gasoil en la ciudad de Buenos Aires. Las compañías petroleras ya vienen de aplicar una suba los precios la semana pasada, con un incremento promedio de 3,5% en todo el país. Por la emergencia sanitaria, el Gobierno dispuso la postergación de los impuestos que gravan a las naftas y gasoil hasta el 1º de octubre. La decisión sobre su aplicación o no a partir de la semana que viene será una de las primeras medidas del nuevo secretario de Energía, Darío Martínez, cuya designación fue publicada este viernes en el Boletín Oficial. Las compañías petroleras ya vienen de aplicar una suba los precios la semana pasada, con un incremento promedio de 3,5% en todo el país Los montos de ambos impuestos se deben actualizar cada trimestre, sobre la base del Indice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec. Según un análisis de la consultora Energy Consilium, dirigida por el ex ministro de Energía Juan José Aranguren, los dos impuestos —tanto para naftas como para gasoil— deberían tener un incremento de 13,6%. Si se toman en cuenta los nuevos precios de la nafta super y gasoil, la actualización correspondiente al primer y segundo trimestre se podría traducir en aumentos de 3,3% y 2,3% sobre los precios de venta de naftas y gasoil para la ciudad de Buenos Aires. “De concretarse dichas actualizaciones, y dada la fijación del precio del petróleo crudo establecida en el Decreto 488/2020, las mismas podrán ser trasladadas al precio de surtidor o absorbidas por el margen de refinación de las compañías, afectando su caja y su desempeño", detalló el informe de la consultora. Desde el mercado minorista de combustibles, señalaron que el sector logró recuperar volúmenes de venta durante mayo y junio, luego del fuerte impacto negativo de la cuarentena en marzo y abril. Sin embargo, los datos de julio y agosto mostraron un freno en esa recuperación. El mes agosto muestra volúmenes similares a los de junio y julio, alrededor de un 25% por debajo de los niveles registrados en febrero, antes de la pandemia “El mes agosto muestra volúmenes similares a los de junio y julio, alrededor de un 25% por debajo de los niveles registrados en febrero, antes de la irrupción de la pandemia en la Argentina. Por segundo mes consecutivo, las estadísticas muestran que la fuerte recuperación producida durante mayo y junio parece haber terminado”, explicaron desde la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos (Cecha). “Si esta tendencia se confirma durante los próximos meses, habrá emergido una nueva normalidad, con un mercado 25% más reducido”, agregaron. Con la información hasta agosto, el volumen total de ventas de combustibles líquidos en el mercado minorista argentino, luego de la caída del 46,3% entre febrero y abril, se recuperó un 38,2% en mayo y junio, y solo un 1,4% durante julio y agosto. De esta forma, quedó un 27,7% por debajo del volumen de febrero. Desde la entidad, advirtieron que esta situación puede provocar un proceso de reducción de la cantidad de estaciones de servicio que pueden cumplir con el requisito de facturación para acceder al programa ATP, ya que la inflación hace difícil cumplir con el requisito de menor facturación, a precios corrientes, que un año atrás.